domingo, 2 de diciembre de 2012

La orden ejecutiva 9066.

Año 1942. Estamos inmersos en la Segunda Guerra Mundial, y los Estados Unidos llevaban desde diciembre del año anterior en guerra con Japón (tras el ataque nipón a la base americana de Pearl Harbor, en Hawaii). En un clima bélico, nació la paranoia por las "células durmientes", ciudadanos japoneses  residentes en los Estados Unidos que, obedeciendo órdenes de Tokio, planearían sabotajes, atentados o labores de espionaje.
Caricatura del Dr. Seuss sobre los japoneses americanos.
El presidente Roosevelt, dejándose llevar por esa idea de la Quinta Columna, firmó la que sería conocida como la "Orden Ejecutiva 9066", autorizando el arresto de 110.000 japoneses de la costa oeste, internándolos en campos de reubicación, dejando atrás todas sus pertenencias. Tres cuartas partes de la gente arrestada eran nisei, es decir, nacidos en Estados Unidos. El resto eran isei, nacidos en Japón (a los cuales, por cierto, se les fue denegada la nacionalidad). Allí trataron de reeducar a la población en las "buenas costumbres americanas".
En 1990, el gobierno se disculpó oficialmente por tan cuestionable actitud, y repartió entre los arrestados y sus descendientes 1.600 millones de dólares en indemnizaciones.