sábado, 28 de abril de 2012

La "Armada invencible británica".

La Armada Invencibe, apodo burlesco de origen inglés de Grande y Felicísima Armada, fue una gran expedición militar hispano-portuguesa con el objetivo de conquistar las islas Británicas. Su fracaso fue aireado por los británicos como una muestra de cómo los británicos, menores en número, ganaron a la todopoderosa flota de los españoles y portugueses. Para ellos es un motivo de orgullo nacional, y así se enseña en las escuelas. Pero lo que no quieren airear es lo que ocurrió un año después.
Año 1589. El corsario sir Francis Drake y el general Norreys le proponen a la reina Isabel I (hija de Enrique VII y Ana Bolena) una expedición de castigo para destruír los restos de la Armada Invencible en los puertos de A Coruña y Santander, conquistar lisboa, sublebar a los lusos contra Felipe II (era rey de Portugal y de sus posesiones en conjunto con los españoles) y poner en el trono portugués a don Antonio, prior do Cato, candidato frustrado al trono y el patrocinador de la expedición.
El 4 de mayo de ese año, los ingleses llegaron hacia A Coruña, a la cual llamaban The Groyne, con el objetivo de unos futuros ataques a Santiago de Compostela y a Lisboa. Pero el galeón portugués San Juan, el español Bartolomé y otras dos galeras, añadiendo los bombardeos desde el fortín del islote de San Antón, al mando del capitán general de Galicia, el marqués de Cerralbo, impiden temporalmente un desembarco inglés, pero las tropas de Su Majestad logran desembarcar en Santa María de Oza, evitando unos hipotéticos refuerzos desde Betanzos o de Santiago de Compostela. La noche del 5 de mayo al 6, los británicos arrasan en un ataque sorpresa a La Pescadería, en el sur de la ciudad, y provocan una auténtica masacre con la población. Los ingleses logran hacerse fuertes en el convento de Santo Domingo, pero un fogonazo destroza la torre del campanario, de donde les disparaba el enemigo.
El 14 de amyo los ingleses abren una enorme brecha en la muralla, pero les producen bajas en sus propias filas. A Coruña parece condenada.
Entonces, ocurre lo siguiente: un alférez del ejército británico, subido a los escombros, arenga a sus tropas con la bandera inglesa. Pero entonces, una mujer emerge del fulgor de la batalla y mata al alférez, al grito de "Quien tenga honra, ¡que me siga!". Esa mujer, cuya gesta aún llena de orgullo a los coruñeses, era María Mayor Fernández de Cámara y Pita, también conocida como María Pita.

 Ese gesto hace que los coruñeses luchen con aínco contra el invasor, usando lo que pueden (armas de fuego, palos, piedras, espadas...), provocando el rechazo al ataque  y provocando que la escuadra abandonara el asedio para dirigirse a Portugal, donde no consiguió nada.
Me atrevo a decir, respetando la objetividad histórica, que este desastre fue mucho más humillante que el español, ya que fue el pueblo, negándose a ser invadido, y arengado por un acto tan audaz como el de María Pita, el que hizo que Drake, Morreys y compañía se quedaran sin ver la bandera británica hondear en A Coruña. Pero eso no se dice en las escuelas británicas. ¿Al ejército británico, ganarle un pueblo andrajoso? Vaya tontería más grande.

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